Ramos

Los niños corretean con gozo
su cantar es de alborozo
armoniosos vocean sin parar:
el Hijo de Dios nos vino salvar.

Con entusiasmo todos proclaman,
Hijo de David te aclaman;
se contagia mi alma
mi corazón de emoción se exalta
y al coro que declama su esperanza
mi voz se une llena de confianza:

“Dios Bendito,
bendito seas que llegas del cielo,
mi adorado, ha sido enviado
y por mis valles de sombras has caminado”.

Palmas adornan las manos
se baten a lo alto los ramos
ofrenda humilde de nuestra condición
para el Rey Eterno que trae salvación.

Mi corazón es la ofrenda que consagro
a ti mi Señor de Dios el Cordero
exalta en jubilo mi ser entero
ha llegado a mi hogar
el principie de la paz:
mi Señor, mi Dios amado

Amén

Yerko Reyes Benavides