martes, 8 de enero de 2019

Maestro

"Maestro tus lecciones siempre buscan dar: 
bondad al corazón, 
apertura del alma al don que viene de lo alto, 
libertad de espíritu a la gracia divina"

De muchas maneras la gente te llama. Eligen un nombre para darte, de su necesidad de ti nace, pues te aclaman según lo que esperan de ti. Muchos te dicen “Señor”; otros “Mesías y Redentor”; para tantos eres el “Dios” que tiene Misericordia; pocos te dicen “Amigo” y yo te llamo “Maestro”. 
A ti, me acerqué –aquel día- porque vi a quien, en esta vida lecciones podía darme; no te lo niego, Maestro, la curiosidad me llevó hasta ti; no fui el primero, ni seré el último, en sentirse movido por tu manera de ver al hombre, al mundo y al mismo Dios. 
Así has sido desde entonces, para mí eres más que una religión, eres el Maestro que mueve mi intelecto y mucho más mi corazón. Mas no imagine que las lecciones que ibas a darme eran otras; unas que no esperaba: quería argumentos, razones, teorías y doctrinas y tú me enseñaste vida. 
Maestro tus lecciones siempre buscan dar bondad al corazón, apertura del alma al don que viene de lo alto, libertad de espíritu a la gracia divina. 
Maestro que a vivir en humildad, enseñas. 
Maestro que a nadie desprecia, a quien te busca recibes. A todas tratas sin distinción, pues a todos ves como hijos de Dios: tu más difícil lección de aprender. 
Maestro que testimonio de vida das y la compasión es una de tus mejores enseñanzas. 
Maestro que invitas a vivir sin temor y a alejar el miedo, ese que paraliza y al hombre mezquino vuelve. 
Eres Maestro, no por una doctrina, sino por una Vida; Vida en Plenitud de Amor. Aquí estoy, Maestro: enséñame a vivir en Amor.
Amén

Yerko Reyes Benavides

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