En estos días de tanta confusión, Dios compasivo y clemente;
donde lo bueno se condena y se persigue y,
lo malo se premia y se aplaude,
como un gran logro y extraordinario éxito,
de la débil humana naturaleza;
todos, hoy, necesitamos un FARO: luz resplandeciente que,
brille incontenible e incandescente en las oscuridades de estos días.
Se, Tú, Señor,
mi sol radiante,
mi guía,
mi luz, en definitiva
mi FARO incandescente en las nubladas
noches de mis días.
Amén.
Yerko Reyes Benavides
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