"Somos del tamaño de nuestros sueños"
Volver a ser niños.
Algo así se decía en ocasión anterior. Una verdad tan grande como un edificio.
Somos del tamaño de nuestras fantasías; porque sin éstas la realidad sería un lugar sumamente cruento, sujeto y atrapado en el ciclo interminable de repetirse a sí mismo una y otra vez, inmanente, nada trascendente.
Son los sueños los que despiertan el anhelo de los imposibles, que ya lo decía el Espíritu a María, no hay ni existen. El imposible es la excusa del alma para apoltronarse en su mediocridad.
Volver a ser niños:
Espiritualidad de la Ternura
Yerko Reyes Benavides
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