viernes, 4 de mayo de 2018

Todopoderoso, no. Si, Abbá



Conveniente era la manera de pensar en un Dios Todopoderosos,
aquel que iba a la cabeza de las guerras y las batallas
que emprendía el pueblo de Israel,
pero que a Él no podía acercarse, ni si quiera mencionar. 

Ese Dios de Poder, infundía terror entre los enemigos,
puesto que así los reyes y monarcas, las historias, las leyendas y ayudadas
con un poco de mito y fantasía hablaban
de un Dios que ni si quiera a sus propios hijos perdonaba
a los que a constantes pruebas sometía,
castigos a sus rebeldías. 

Impensable era, en tiempos de Jesús, 
un Dios amigo, 
un Dios hermano. 

No, herejía, vestiduras rasgadas, insultos e improperios,
para quien si quiera tuviera la osadía de decir, Dios es Padre.
Cadenas y condenas para aquel que todavía fuera más allá
y a Dios nombrara Abbá.

Aquello de siervo y amo, era tan conveniente,
puesto que al pueblo reducía, lo sometía,
a los intermediarios, hombres que parados a las puertas del templo,
no entraban a éste, ni permitían que otros lo intentaran.
“Ya no los llamo siervos si no amigos”
Dios, que escándalo, y proclamado a tu nombre.
¿Cómo entonces, Señor, temible y terrible,
seguirás infundiendo miedo para que el hombre te respete?

A eso, hoy en día queremos volver,
a aquellas noches donde nombre a los niños en las noches
asustaba para que se persignaran
con los labios temblorosos pronunciando
en el nombre del Padre y de Hijo y del Espíritu Santo,
como si de “monstruo” se tratase,
pero eso sí, en aquellos tiempos Tú eras temido y
sobre todo respetado. 

En minifaldas las chicas no iban a tu templo,
ni escotes tampoco se veían,
porque eso era falta de respeto,
como si el cuerpo no fuera invento tuyo
y al hombre desnudo no lo hubieses tu creado. 

El pudor no es cosa divina sino solo humana 
que en sexo todo lo convierte, 
como si el Eros fuera condenable,
por el simple hecho de hacer sonrojar algunas mejillas.

Eso de llamarte amigo, todavía no va con algunos,
que aunque Divina Misericordia te llaman
enseñan que todo es pecado. 

Al todo estar condenado,
tu misericordia se queda frustrada
porque ni en ella el hombre remisión encuentra. 

Dios Todopoderoso sigues siendo,
pero te quitaste el revestimiento de omnipotencia y
te acercaste como amigo, como hermano, como Padre,
lleno de amor, para quitarnos la ignominia
de ser esclavos y siervos y decirnos, al oído,
los amo por ser ustedes en mi Hijo mis hijos. 

Gracias Padre,
por haber en un momento de la historia
haber decido ser mejor que la idea que de ti teníamos
y todos imponíamos.

Así Padre, te ha parecido, bien,
que a los sabios y entendidos ni pizca tenga de idea de esto,
pero que en el fondo, aunque intente explicarlo todo,
a ti acudan, ya no con temor de castigo.
sino con amor a a tu amor,
pedir auxilio puesto que el intelecto sin el corazón
no puede devalar el más sagrado de todos los misterios:
tu amor por nosotros.

Gracias Abbá,
así te ha parecido bien,
por toda la Eternidad.

Yerko Reyes Benavides

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