Miro sin ver,
observo y no contemplo;
pasas por mi sendero
y te dejo sin querer.
En caminante te conviertes,
peregrino, siempre eres.
Y pasas delante de mis ojos,
y no te veo.
Mi anhelo es contemplarteAmén
y de pie delante
te pones, y no te veo,
pasas y mi mis ojos te miran sin verte.
¡Que vea Señor!
para poderte mirar
y en la contemplación de tu rostro:
al fin descansar.
(Poema - Oración basado en el Evangelio de Marcos 10,46: Bartimeo)
Yerko Reyes Benavides
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