“Dame
de lo que traes”
Me dijo un día
alguien, alguno, nadie importante
pues de la calle era.
“Ya
se me terminó”:
contesté.
“No
tengo, ni tendré,
ya
todo se acabó”.
“No
me dejes sin nada,
algo dame”,
replicó;
insistió:
no entendió,
que mis manos vacías
habían quedado.
Algo habrá, pues no todo se entrega
siempre hay reserva;
queda en la despensa
queda en la despensa
avío para la soledad.
Y así, una vez más dijo:
“No
me dejes sin nada…
si
lo que en la bolsa traías
se ha agotado y
se ha agotado y
ya
está vacía, no hay de otra:
Dame
amor”
Y sobre mí se abalanzó
en un abrazo se echó
y esta vez a mi oído susurró:
y esta vez a mi oído susurró:
“Dame
Amor en este abrazo”.
Así fue...
Y resultó que el indigente..
Y resultó que el indigente..
... era yo.
Yerko
Reyes Benavides
(Basado en una experiencia verídica)
1 comentario:
Un poema con una profundidad clave para entender que Dios siempre nos está dando en los seres sencillos como Èl, gracias por regalarnos tan bello poema,
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