Oración de la Mañana:
Amanece
como cada día. El trino de los pajaritos se hace sentir con fuerza un poco
antes que rompa el alba. Su canto es alegre; parece que sienten la emoción de
estar vivos antes de que el sol despunte con la luz de un nuevo día.
Padre
Dios, creador de todo, tú eres la causa de cada amanecer:
¿Cuántas veces el
despertar lo he acogido con esa misma alegría? ¿Ser consciente que en cada
amanecer está presente tu bendición?
Me haces participe del día que concedes a
una humanidad que muchas veces de espaladas a ti vive, más no la castigas con
la penumbra sino que la iluminas con los más cálidos rayos de sol, vitamina
para el corazón; porque amas a cada uno de tus hijos, como a mi ahora.
Por
eso Señor, Padre amado, mi voz la uno al canto de los pajaritos, para decirte:
Gracias, Señor, Gracias, por este nuevo día, en ti y por tu gracia lo viviré en
la alegría de saberme bendecido y, procuraré más allá de mis limitaciones sonreír,
para ser pequeño chispa de sol en la vida de mis hermanos que están en la penumbra
de la desesperanza.
No
me dejes, Señor y acompáñame en las horas de este día.
Amén
Oración de la Noche:
Señor Jesús, estamos llegando al término del segundo día de una nueva semana que nos has concedido iniciar. En tu corazón de amigo sólo hay comienzos y no finales, porque el que ama siempre ofrece oportunidades para consolidar lo bueno y corregir lo malo. Por eso día a día nos confieres tu perdón.
Mirando lo que hoy se hizo puedo decir que te necesito, aunque en el día no piense en ti, todo en cambio te lo ofrezco, puesto que en por ti vivo y en ti me realizo. Si no fuera así, la vida sería amarga y sin sentido, porque los sinsabores de la vida son muchos y agruras en la boca dejan.
Por eso Señor, aunque mi oración sea puntual, como la que ahora te entrego, tu nombre está grabado en mi mente y en mi corazón, pues sólo en ti mi afán será provechoso, no para conquistar bienes materiales, sino para hacerme de un espacio en las moradas celestiales.
Antes de cerrar los ojos a este día, te pido mi amigo, que no dejes de brindar a todos y a mí, nuevos comienzos y en el día de mañana también te encuentre en mis hermanos a quienes sirvo con mi trabajo.
Amén
Yerko Reyes Benavides
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