¿Cuántas horas se han dedicado a considerar si quiera lo que significa Vida? ¿Qué hacer cuando la vida no basta y conseguimos, topamos, encontramos que a Vida se le agrega plenitud? Si ya vivir es complejo y complicado en este tiempo, ¿Cuánto más los será aspiramos si quiera a la Vida en Plenitud?
Sin embargo, la promesa de Vida en Plenitud no nos viene de cualquier parte, ni tampoco de cualquier "filántropo", "filósofo", "político", ni tampoco de algún"científico" ni de hombre común.
Esta "Plenitud" no viene del mismo Hijo de Dios que se hizo hombre, no sólo para perdonar los pecados, sino para enseñarle a este desde su misma naturaleza el camino a la grandeza, es decir, la plenitud de la esencia; donde se fusiona lo humano con lo divino, la imagen se vuelve reflejo y la semejanza se equipara.
Plenitud en Jesús no será conquista, ni tampoco competencia, no vendrá de méritos, ni tampoco de obligaciones. Tampoco la plenitud dependerá de normas, ritos o incluso mandamientos. Será ante todo don, regalo, entrega y donación.
La cosa es que tampoco habrá que esperarla, porque no es algo que venga, sino que ya vino. Para encontrarse con la Plenitud no habrá que mirar al futuro, sino al pasado, para encontrar la propuesta y la entrega, porque la Plenitud ya fue dada y entregada; y fundamentalmente al presente, donde ya se está realizando, ejecutando, aun cuando no hayamos caído en cuenta.
Dejar el Miedo es en definitiva la única condición para comenzar a estar y vivir en estado de Plenitud. Y ahora, ¿cuál es tu miedo?
Piensa-Medita-Ora-Decide-Actúa.
Metanoia
Yerko Reyes Benavides
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