miércoles, 12 de octubre de 2022

Mi Buen Dios


Amado Jesús, el primer anhelo de mí ser, al despertar el alba del nuevo día que me das, es agradecer tu bondad.

Gracias, mi Señor; gracias, mi buen Dios:

Gracias por esperar por mí al caer la tarde, y en la noche cobijar mi descanso, en la intimidad y confianza que velarás mi sueños.

Gracias por ser la luz que me llama y despierta y también con candor me abraza en la mañana.

Gracias porque puedo respirar y en cada inspiración, recibir el hálito de vida que con ternura, tu mano sostiene.

Gracias por reponer mis fuerzas, darme condición y también razón para la labor y la entrega que aguarda por mí en la jornada.

Gracias por el latir del corazón que siento vibrar en mi pecho, es tu amor su ilusión, la razón de mi esperanza y el destino de mi pasos cada día.

Gracias, mi Señor; gracias mi buen Dios:

Mi Jesús, mi amado, a ti me entrego y te consagro: alma, mente y corazón; cada pensamiento, cada sentimiento y palabra, y las obras de mis manos.
Amén

Yerko Reyes Benavides

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